Desde otro ángulo

Desde otro ángulo

Cuando las cosas se ponen duras, se han ensayado posibles formas de mejorarlas y las perspectivas siguen siendo negativas, es conveniente ir pensando en formas completamente diferentes de abordar la situación. Para que eso sea posible debemos estar abiertos a pensar y a ver las cosas de una forma rompedora con lo que hemos venido haciendo hasta la fecha. Esa forma de ver y de reaccionar no tiene por qué ser demasiado diferente si pensamos en una sociedad que tenga estos problemas, como la occidental en general y la española en particular, o en un familiar, amigo o colega que ha perdido su trabajo, como tantos que por desgracia conocemos, o en la industria de Medios porque comparten el hecho de que su situación no se va a resolver de forma convencional.

Siempre he tenido la convicción de que la crisis de España lo es, sobre todo, de iniciativa empresarial. Ya sabemos: si no se puede ser funcionario, a trabajar para otro, si puede ser, poco y bien pagado pero nada de negocios propios, que dejan poco y dan muchos dolores de cabeza. Con la convicción de que era algo tan intrínseco que no intuía que podría estar cambiando como parece que lo está. La Revista Cloud Computing se hace eco de un estudio de Freelancer con base en 15.000 entrevistas a españoles, de los cuales el 85% cree que es necesario tomar la iniciativa y abrir más negocios para trabajar por cuenta propia. Y no sólo eso: más de la mitad de los emprendedores necesita buscar opciones alternativas a la financiación bancaria recurriendo a préstamos familiares (24%) gastar sus ahorros (50%) o incluso agotando todas las posibilidades hasta quedarse en números rojos. Si la tesis de que nuestra crisis es de iniciativa empresarial y estos números reflejan la realidad, estaríamos en la senda de empezar a revertir la dura situación que nos toca vivir, aunque nos lleve tiempo y no sea fácil.

También estaba convencido de que esta industria ha tenido males asimilables a los anteriores. Por ejemplo, estando ya inmersos en la grave crisis que afecta a la prensa y a la profesión periodística, un prestigioso ex director de un gran diario nacional criticaba en privado que uno de los criterios de un gestor para optimizar el diario fuera cuestionar a quienes ganaban más de 60.000€. Desde luego, no es pecado ganar ese dinero, ni el doble ni el triple ni diez veces más. Pero tampoco es pecado cuestionar si quien lo gana produce de forma equivalente a lo que recibe. Y el mal de la productividad también puede ser un mal de España y de nuestro sector.

Como nos parecemos en algo al resto de los españoles, también hemos visto bien, como empresas y como profesionales, recibir dinero de forma razonablemente abundante. Lo cual tampoco tiene nada de malo pero sí sería una mala señal que persistiéramos en ese respetable objetivo cuando la abundancia se reduce hasta convertirse en penuria y cuando el trabajo requerido para conseguir lo mismo o menos se multiplica. Con ligeras variaciones los diarios, las revistas, las radios, las concesionarias de exterior o de cine son más o menos las mismas pero las televisiones se han multiplicado y los soportes digitales son casi infinitos. Como sector la tarta se ha reducido a la mitad pero los pedazos de esa tarta son mucho más pequeños y ni los Medios ni las Agencias podemos aspirar a comer a base de tarta ni los Anunciantes pueden obtener retorno con la misma facilidad.

Viendo el negocio desde otro ángulo, quizás la perspectiva no sea tan negativa. Muchas agencias de publicidad han estado al borde de la desaparición pero algunas, con un perfil muy diferente, desde luego, han conseguido que la dispersión digital que ha terminado por ser menos generosa para algunos y mala para otros, se convierta en su tabla de salvación. También algunos anunciantes, que han visto mermado el ROI que tradicionalmente obtenían de su inversión en Medios, han conseguido obtener de la utilización de Digital grandes resultados. Las agencias de medios se han lanzado por el mismo camino y los propios Medios tienen puestas sus esperanzas en los ingresos del mundo on line.

Pero hay margen para cambios más radicales en todos los agentes. Nada impide a cualquiera de ellos adentrase por caminos nuevos aunque, como declaran los emprendedores encuestados, tengan que recurrir a sus familiares (HQ o Grupos) a sus ahorros (reservas o márgenes) o incluso a agotar todas sus posibilidades hasta quedarse en números rojos (deliberados) y sería bueno que lo hicieran si con ello consiguen sentar las bases para un negocio futuro razonablemente próspero. Aunque, igual que nos pasará como país, lleve tiempo y no sea fácil.

En la mayoría de los casos, quizás con la excepción de los Anunciantes, el negocio de los agentes de nuestro sector se asienta en sólo dos o tres pilares que se erosionan sin remisión. Aparte de bajar los techos (estructuras, ingresos, gastos, márgenes, etc.) hay muchas posibilidades (contenidos, royalties, suscripciones, performance, datos, ect.) de construir pequeñas áreas de ingresos que apuntalen el negocio.

Seguramente entrañan riesgos, dan más trabajo y rinden menos de lo que nos gustaría a todos pero las circunstancias invitan más a pensar, probar y conformarse que a contemplar, descartar y lamentarse.
 

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