Palmarés de El Sol 2015

Cuando una Profesión organiza un certamen y otorga premios, como ocurre en el ámbito Iberoamericano de la Comunicación con los Festivales El Sol y FIAP, y los Festivales y las secciones en las que se otorgan premios tienen cierta madurez, como en ambos Festivales, cabe esperar que el nivel de las piezas a concurso sea representativo del nivel profesional de los agentes y de los países que concurren. Y también cabe esperar que el jurado, que debe representar a los profesionales, tenga un nivel de exigencia semejante al que tiene la Profesión en su conjunto.

Pero estas correspondencias no siempre se dan entre los Festivales y la Profesión, entre Festivales distintos, en el mismo Festival en años diferentes o en distintas secciones del mismo Festival en un mismo año. Un posible motivo es la composición del jurado y particularmente quién lidera el jurado, que no tiene necesariamente por qué ser el Presidente.

Sin que eso signifique que es algo específico de El Sol, que este es el año o que Medios es la sección, llama la atención el palmarés de Medios de El Sol 2015. El Festival El Sol, como también ocurre en otros Festivales, no obliga a los jurados a entregar todos los premios posibles en todas las categorías ni tampoco a entregar premios de todos los metales en cada categoría. Esta discrecionalidad es la que puede explicar las diferencias ente la generosidad de los premios.

En la edición de 2015, el jurado de Medios dejó desierto el Gran Premio y concedió tres Oros, siete Platas y once Bonces en un total de diez categorías. Sin entrar en profundidad, cabría esperar que los premios hubieran sido más generosos, a no ser que, de verdad, el estado de la profesión en el ámbito Iberoamericano sea preocupante. El hecho de que el Gran Premio sólo haya quedado desierto en otras dos secciones, de las catorce en que se divide El Sol, parece indicar que se debe más al criterio del jurado que a la salud de la profesión.

Los premios para trabajos españoles también fueron escasos: diez en total. No obstante, la calidad de los metales fue netamente superior, ya que se llevaron los tres oros y otras tantas platas. Debemos entender también que responden más a la casualidad que a una diferencia importante de calidad y que, por supuesto, no está mediatizado por la composición del jurado porque no es fácil que la cantidad de las piezas presentadas arroje esos datos.

Mucho más preocupante es que, de entre todos los premios de la sección de Medios, las Agencias de Medios sólo hayan sido capaces de conseguir uno, un Bronce.

Las Agencias de Publicidad están más avezadas en las artes de pesca en todo tipo de Festivales, también en la sección de Medios. Pero, volviendo al principio, lo esperable es que el resultado de un Festival refleje lo que existe en la realidad. Y en el ámbito Iberoamericano la realidad es que las Agencias de Medios acaparan la gestión de la actividad en Medios mientras que el protagonismo de las Agencias de Publicidad es testimonial. Y los trabajos más destacables surgen de las Agencias de Medios, como no podría ser de otra manera, porque, si partieran de las Agencias de Publicidad, los anunciantes terminarían confiándoles esta parcela del negocio.

Este análisis puede ser simplista pero, al menos desde la óptica del negocio de Medios, resulta extraño el dictamen del jurado y levantan dudas los criterios con los que se juzgarían las piezas. ¿Serán realmente criterios de Medios? Si lo son, ¿somos tan malos?

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