El sobrante

Hacía tanto tiempo que no escuchaba esta palabra que la había borrado, inconscientemente, de mi memoria. No lo digo de manera figurada porque cuando la volví a escuchar, hace unos días, tuve el impulso inmediato de revisar el glosario de términos de Medios que estoy completando y comprobé que el término sobrante no figuraba entre los pendientes de definición. Digo pendientes de definición porque aun no le tocaba el turno, aunque por poco porque la S ya estaba comenzada.

Avanzamos la definición propuesta para ese glosario de términos, para quien no esté familiarizad@ con este término:  "Conjunto de espacios publicitarios reservados o contratados en firme que exceden la previsión de espacios disponibles para publicidad en una edición concreta de un periódico o revista, cuya publicación requiere ampliación del número de páginas de esa edición o diferirse a una siguiente edición".

Anécdota aparte, la conversación giraba en torno al medio Revistas y salió a colación por comparación con la situación más que delicada de la publicidad en este medio en el mes de marzo, de la que MediaMundi se haría eco pocos días después. Paradójicamente, el sobrante no era un recuerdo del pasado ni un deseo para el futuro sino la situación a la que debía hacer frente uno de los principales grupos editoriales de revistas para este mes de abril.

Este fenómeno, que tuvo su apogeo en la década de los 80, no afectaba seriamente al medio Revistas, cuya periodicidad hacía más fácil prever su aparición y también ampliar, hasta números de cerca de 200 páginas publicitarias, la paginación de los números afectados por ese fenómeno. No era así en en el medio Prensa, lo que generaba tensiones a editores, anunciantes y agencias, requería largas reuniones, a veces diarias, al final de las jornadas de trabajo, y dejaba habitualmente sin publicar una buena cantidad de anuncios.

Debemos suponer que en este caso será un problema bien recibido y, aunque imprevisto, gestionado diligentemente para asimilar este pico de demanda para beneficio de editores, anunciantes y agencias.

Cuesta entender estos cambios bruscos de demanda y particularmente en un medio al que se le puede suponer una mayor estabilidad. La estacionalidad de la demanda no debería ser una sorpresa. La influencia de eventos deportivos, y muy especialmente el Mundial de fútbol, teóricamente, se dejaría notar más en medios como televisión, radio o prensa deportiva que en revistas. Aunque, indicaba mi interlocutor, podría darse la circunstancia de que determinadas comunicaciones eligieran precisamente Revistas para evitar un ruido que no les favorecería en otros medios.

Sea cual sea el origen de ese pico de demanda, podría ser una señal adicional para la evolución de un negocio que se ha reducido a la mitad y una buena noticia para uno de los medios que más han sufrido. Esta señal se añadiría a la evolución positiva, aunque pequeña, en televisión y a una evolución más saludable de la inversión online.

En las pocas crisis que ha vivido nuestro sector, ha quedado de manifiesto una sobre reacción frente a la evolución del entorno económico. Este comportamiento ha sido particularmente
 

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